IX FERIA DE LA ALUBIA Y HORTALIZA

La localidad de Casar de Periedo hace ya nueve años retoma su actividad más tradicional en la Feria de la Alubia y la Hortaliza. Vuelve a reunir a miles de personas que en contra de las predicciones del tiempo degustaron más de 2.000 cazuelas de cocido montañés.

La Feria de la Alubia y la Hortaliza de Casar de Periedo logra reunir a miles de personas todos los años y este domingo también, a pesar de la lluvia, como ocurrió en la anterior edición, con más de 150 puestos para disfrutar de sus ofertas y elaborados, intentando esquivar las varillas de los paraguas, pero el mal tiempo no pudo con esta edición. Esta cita, más que consolidada, atrae a miles de visitantes y amantes de los principales sabores de Cantabria.

Alubias, rojas, blancas, verdes, pintas, fabes, etc. Pero todas de Casar de Periedo, lo que las hace especiales es la tierra donde se cultivan, porque es muy arcillosa, explicaban en uno de los puestos. Las de color costaban 12 euros el kilo y 10 las blancas.

Las alubias y el queso. Quesos de Pedro Labandón de Liébana, de Luis Alberto Alles de Bejes, Tomas Cabeza de Bejes, Cudaña ,Gabriel Gomez de Sopeña, Elvira Monreal de Ruerrero etc. Vamos, una promoción completa de los quesos de Cantabria.

Un grupo de mujeres vestidas de antaño freían tortos y boronos, la tapa de la feria como tapa con una bebida o vendidas como ración, no pararon y no daban abasto. Mientras, bajo una carpa, se preparaba el cocido que luego todo el mundo comería en un número algo mayor a 2000 raciones.

Se escuchaban gaitas, pitos, tambores, dulzaina y el sonido del bígaro, que nos traslada a los orígenes de la música regional. Los Peralos, ya habituales de esta feria, estuvieron amenizando el mercado durante toda la mañana.

En otro puesto, la matanza del cerdo, donde Carmen de Casar, a la que seguimos y retratamos todos los años, hacía morcilla y daba a probar a todo el mundo. Lleva arroz, cebolla, manteca de cerdo, pimienta, orégano, comino, sal y sangre, explicaba.

Se realizaron también varias escenificaciones como la de la escuela, una escuela de los años 40 y 50, con pupitres de madera. También este año cuatro vecinas del pueblo, mayores, volvieron a hacer gala del humor que las caracteriza para vestirse de señoras de la época, viudas, de negro, y representar la vida de entonces.

A las 14:00 las colas para comer el cocido ya eran larguísimas. En total, se repartieron 2.000 cazuelas de cocido montañés, 200 más que el año pasado. El alcalde pedáneo, José Luis González Conchas, terminó la feria con una buena noticia: “La consejera de Ganadería, Blanca Martínez, ha visitado la feria y ha dicho que nos va a apoyar para que sea declarada Fiesta de Interés Turístico Regional”.